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Ahí te ves, 2019

Este año fue intenso, aunque siento que vengo diciendo esto todos los diciembres. Quizás sea que a cierta edad uno empieza a vivir las cosas más “en serio”, o quizás solo sea que nos tocó vivir una época interesante, con todas las implicancias positivas y negativas del término.


Muchas veces en la locura de ser productivos, avanzar, y toda esa lista de deberes que el mundo nos impone a pura fuerza de marketing, dedicamos muchísima más energía a pensar en lo que nos falta que a reflexionar sobre los logros que alcanzamos. Es una miopía que incita a la depresión.

Con eso en cuenta, creo que vale la pena hacer un pequeño resumen de lo logrado. Y si solo sirve para remar un poco esa angustia existencial que se nos ha hecho tan común entonces ya valió la pena.

En el 2019 me puse metas difíciles por primera vez en varios años, descubrí cosas en el camino a cumplirlas: por un lado que este cuerpito tiene límites, pero por otro que a veces uno puede poner la vara alta y alcanzarla todavía. Me había olvidado a fuerza de quedarme corto en algunos esfuerzos anteriores. El fracaso no nos condiciona.

Eso mismo me hizo descubrir que la salud mental es quizás la más importante de las saludes, y que vivimos en una época que la complica como ninguna otra. Hace poco descubrí en una hermosa obra de arte que no estoy deprimido, estoy distraído. Mi objetivo más importante para el 2020 es no distraerme, elemento fundamental para cuidarme mejor.

También entiendo cada vez mejor que hay que trabajar las cosas que queremos hacer, sentarse y ponerle las horas. Uno se olvida en el cansancio y las ganas de apagarse, pero apagar tiene que ser una excepción y no la regla. Todas las cosas que queremos o necesitamos no van a pasar solas, concepto simple pero inevitablemente fundamental a la hora de activar.

Quizás el descubrimiento más importante fue que no tiene sentido vivir las cosas sin dejarse sentirlas y transmitirlas. Amas a tu pareja? Contale tus secretos, conectá. Amas a tus amistades? Deciles cosas lindas de vez en cuando, aunque quede cursi. Reflexioná, expresate, compartí aunque genere chucho. El mundo se empeña en querer hacernos sentir mal de mil maneras, la lucha contra eso tiene que ser colectiva, como todas las luchas importantes.

Finalmente, que contra todo pronóstico seguimos, individual y colectivamente, estando acá. A fin de cuentas eso es lo único que necesitamos para pelearla, y me resulta bastante esperanzador.

Que venga ese 2020.